Live Cinema: ¿Frankenstein desesperado o vanguardia híbrida de las artes visuales?
El live cinema es una de las propuestas performativas audiovisuales más interesantes y complejas de nuestro siglo. Como fenómeno emergente y contemporáneo, se define por su amalgama indisoluble con las tecnologías digitales y por su carácter experimental, lo cual lo aleja declaradamente de los marcos conceptuales clásicos de otras corrientes audiovisuales, especialmente de la narrativa tradicional secuencial del cine.
Live cinema nos recuerda, en un primer acercamiento, el trabajo de un DJ que combina pistas musicales en una consola, sin embargo, en este caso el o los artistas lo que hacen es jugar en tiempo real con proyecciones de diferentes video clips o imágenes en movimiento. Cada proyección de live cinema es única dado que se basa en la improvisación de uno o varios artistas alrededor de un concepto determinado, y casi siempre es de carácter multidisciplinario, combinando, por ejemplo, videoarte, arte sonoro, danza, escultura, poesía, postfotografía, net art, etc.
Siguiendo la inercia característica del arte contemporáneo, se trata de una experiencia estética cuya significación queda en buena medida abierta para la interpretación del público, es decir, que en lugar de ofrecerle al espectador una historia o una configuración simbólica definida e identificable, es él quien va construyendo los significados a partir de sus asociaciones internas entre lo que está viendo y escuchando.
¿Qué es exactamente “live cinema”?
Inicialmente, el término “live cinema” denotaba el acompañamiento con música en vivo de películas mudas. Hoy en día se trata de un concepto mucho más difícil de definir, pues la diversidad en las propuestas es tal, que como mucho podemos decir que se trata de una experiencia audiovisual poética, digital y multidisciplinaria que tiene como objetivo crear una atmósfera sugestiva particular, en donde la interpretación del espectador pueda tener un gran margen de libertad.
¿Cuáles son los elementos del live cinema?
Los componentes básicos del live cinema son: la proyección, el creador que mezcla y edita las imágenes en movimiento en tiempo real, y el público, que reinterpreta e interioriza lo que está viviendo. Lo que diferencía el live cinema de una instalación de video es precísamente que las imágenes se curan en vivo, lo que también significa que no hay una sesión igual a otra.
A diferencia del cine tradicional, con sus actores, continuistas, directores, etc, el live cinema muchas veces es una “orquesta” de una sola persona que graba el material, hace la postproducción, el montaje y la edición, lo cual le da un amplio margen de libertad y posibilidad de personalización al artista.
Frecuentemente, los artistas de live cinema van recopilando grabaciones visualmente interesantes y luego las mezclan en tiempo real a partir de un concepto que deseen explorar. El performance queda abierto a más de una interpretación y se juega con todas las figuras del lenguaje visual cinematográfico para crear metáforas, conexiones y significados donde antes no existían.
Así como el arte sonoro se sirve de toda clase de sonidos, el tipo de material audiovisual que puede usarse en el live cinema es prácticamente ilimitado, y a dicho material se le pueden aplicar filtros y efectos que también son tan variados como la imaginación del artista y la tecnología de la que disponga.
Tipos de material:
Animación
videoclips (digitales y analógicos)
Renders de videojuegos
webcams
transmisiones en vivo
material en streaming
Imágenes Google earth
Imágenes generadas por algoritmos
Se usan, además, repeticiones y alteraciones de la imagen y del tiempo, como la cámara lenta, el movimiento en reversa o la imagen estática, en efecto caleidoscopio, loops, fundidos, transiciones, transparencias, 3D, etc. Todos ellos elementos que estimulan los sentidos de un modo que rompe el paradigma con la realidad al más puro estilo de un viaje alucinógeno, que tienen su raíz experimental en el videoarte y que apuntan a nuevas maneras de expresar belleza visual, que son inaccesibles en la cotidianeidad y casi siempre prescinden de diálogos y acciones concretas.
En los espacios de live cinema la audiencia puede moverse, bailar o interactuar. Incluso puede usar sus propios dispositivos móviles para enriquecer la experiencia por medio de apps o códigos QR. Se pueden redirigir los ángulos de las proyecciones con espejos, y los elementos arquitectónicos circundantes normalmente, más que ser un obstáculo, se convierten en puntos que el artista utiliza a su favor para el montaje y en parte importante del performance. Actualmente, se está experimentando con sensores de movimiento, realidad aumentada y toda clase de tecnologías mixtas que llevan a live cinema a una categoría totalmente nueva en el terreno de las artes digitales.
La improvisación entre músicos y videoartistas en el live cinema da lugar a un espacio de intuición y colaboración multidisciplinaria que además se retroalimenta con el feedback en tiempo real entre creadores y público.
El lenguaje del live cinema y la ruptura paradigmática
Aunque el live cinema puede contar una historia, generar expectativa y transmitir mensajes y emociones muy complejas, su narrativa no es lineal y no busca una proyección fotográfica de la realidad, sino construir nuevas realidades visuales a partir de un lenguaje más metafórico. En este sentido, si el cine tradicional se puede comparar con la narrativa, el live cinema sería más adecuado compararlo con la poesía.
Las narrativas espontáneas no secuenciales, causales ni premeditadas, el drama sin argumento, la “no narrativa” que se asemeja al reordenamiento de datos durante el sueño, y que sin embargo le da elementos al público para interiorizar una historia muy personal, son posibles gracias a que estamos tan acostumbrados a que las imágenes que vemos tienen un sentido causal y secuencial, que podemos establecer vínculos simbólicos entre imágenes y sonido que a priori no los tienen. En este sentido, el espectador se encarga de al menos la mitad de la creación conceptual.
Por su nivel de complejidad, los artistas de live cinema también se enfrentan a una serie de problemas técnicos importantes, principalmente el hecho de que el video pesa mucho, es decir, ocupa mucha memoria digital, y además su edición en tiempo real gasta enormes cantidades de memoria RAM. Por eso, una sesión de live cinema no nada más es sentarnos a jugar con sonidos e imágenes, sino previamente desplegar toda una serie de herramientas de video y software que en sí mismas implican un trabajo colosal. Detrás de cada muestra de live cinema hay un gran esfuerzo de organización, programación, curación y gestión tecnológica, pero es justamente esa amalgama tecnológica la que le da sus posibilidades infinitas a esta clase de performances.
¿Cuál es la diferencia entre live cinema y un evento con DJ y VJ? ¿Qué lo diferencia de un “espectáculo” audiovisual?
Como siempre, la frontera entre lo que es “performance artístico”, lo que es “entretenimiento” y lo que es mera pretensión no siempre es fácil de distinguir a primera vista. Especialmente en las nuevas propuestas que van muy de la mano de la tecnología digital y que remiten a un tipo de entretenimiento “techno”. Sin lugar a dudas hay mucho live cinema que de artístico no tiene gran cosa, pero eso no significa que no haya muchos grupos de artistas visuales que de verdad están comprometidos con generar propuestas conceptuales muy enriquecedoras, novedosas y representativas de las inquietudes estéticas, sociales y políticas de su generación.
Lo interesante del live cinema es que siempre nos ofrece un nuevo tipo de acercamiento al lenguaje audiovisual. Por ejemplo, hay propuestas de live cinema que entre sus particularidades tienen la de una edición rítmica que incluye las imágenes y el sonido que coincide con las diferentes frecuencias cardiacas que busca detonar en el espectador. Algunos artistas optan por combinar varias fuentes distintas de video en la misma pantalla, o el mismo videoclip en muchas pantallas a tiempos distintos, o diferentes proyecciones en cada una de las pantallas. También es posible proyectar sobre objetos distintos a pantallas, como un cuerpo humano o una cascada, o incluso crear espacios de proyección envolvente.
Los elementos que integran al live cinema son tantos, que las combinaciones que se pueden hacer no dejan espacio para que se repita o se agote a sí mismo. Es algo similar a la composición musical en la que se mezclan varios instrumentos con diferentes ritmos, acentos y patrones, pero alcanzando dimensiones sensoriales que van más allá del ojo y del oído.
Este viaje por los sentidos, para ser considerado “artístico”, de inicio debe cumplir con una serie de requisitos sencillos de conceptualizar: balance en los elementos estéticos, crear una experiencia satisfactoria (que no por ello tiene que se “agradable” o “placentera”), y aprehender una significación integral.
Ahora bien, como todas las nuevas propuestas artísticas, además de venir acompañado de muchos impostores que se venden como arte y no lo son, el live cinema también debe enfrentarse con resistencias críticas muy similares a las que en su momento desataron el videoarte y la fotografía contemporánea. Lo que sí es un hecho, es que se trata de una corriente que va a seguir creciendo y el nivel de importancia que puede llegar a ganar dentro de las artes no es algo que se pueda subestimar.
Aquí te compartimos algunos ejemplos representativos de artistas que desarrollan Live Cinema, con su respectivo trabajo:
Peter Greenaway
Mia Makela
En vivo:
Yousuke Fuyama
En vivo
LUMA
Playmodes
¿Quieres aprender cómo hacer live cinema?
Si el live cinema ya era una propuesta artístico-tecnológica audaz, a partir de la contingencia que vivimos a principios del 2020 comenzó a adaptarse a la nueva situación en la que ya no son viables las grandes conglomeraciones de gente, y una de las maneras de hacerlo fue la de migrar al formato streaming.
Si eres un artista visual digital, músico, o cineasta, y te interesa todo lo relacionado con el live cinema, en Luz Viajera te tenemos una propuesta especial para que aprendas en línea todas sus bases y herramientas a partir de un enfoque vanguardista de streaming, y de la mano de Alina Sánchez, una video performer multidisciplinaria con gran trayectoria. Todos nuestros cursos tienen el respaldo de una institución seria y verdaderamente comprometida con el arte y las nuevas generaciones de artistas.
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